Penumbra
La oscuridad lo envuelve todo. La oscuridad oculta todo. La oscuridad lo es todo.
La oscuridad es una mano negra que asfixia la luz. Es un puño que aún no termina de cerrarse pero deja escapar algunos rayos luminosos.
La oscuridad es fuerza y es potencia. Es objeto y sujeto.
La oscuridad vive, serpentea, baila y seduce. La oscuridad encuentra su presencia en las cosas, los actos y los hombres.
La oscuridad respira, se nutre y alimenta, lentamente, de nuestras almas.
La oscuridad penetra por nuestros poros, vuelve nuestra sangre hiel.
La oscuridad nos golpea, nos hace sentir calor y frío, nos mece lentamente en la existencia hasta que desesperemos y finalmente la abracemos. Tienta a la luz que queda a claudicar, a perderse, a dejar todo lo que tiene, y todo lo que tendrá.
La oscuridad es muerte, es usura, es daño, es desamor, es dios, es llanto, es tentación... en una palabra:
La oscuridad es la humanidad.
Pero existe algo en el ser humano mismo que se rebela, que se levanta y grita. Ese algo es luz.
Esos rayos luminosos, esos que aún no se extinguen, que aún el poderoso puño no logra terminar de aplastar, esos son quienes dan aliento, quienes dan vida, quienes dan alegría, quienes dan verdad...
La luz son quienes dan.
Y yo, aunque atormentado por demonios milenarios, combatidos desde tiempos inmemoriales por mortales e inmortales, tengo la dicha de haber conocido a una de esas fulguras, una que me hizo ver que aún hay mañana, aún hay horizonte, aún hay razón en la lucha y sentimiento en el corazón.
Etiquetas: amor, desamor, desesperanza, Dios, esperanza, existencia, futuro, humanidad, llanto, lucha, muerte, oscuridad, rebeldía, sentido, significado, tristeza